Lessico


Francisco Sánchez
de las Brozas

Latinizzato in Franciscus Sanctius Brocensis. Umanista spagnolo detto El Brocense (Brozas, Cáceres, intorno al 1522 - Valladolid 1600 - le date e i luoghi di nascita e di morte sono stati desunti da www.santiagoapostol.net e da Rubén Soto Rivera). Latinista famoso, fu cattedratico dell'Università di Salamanca. Processato dall'Inquisizione come erasmista, fu sospeso dalla cattedra e morì in casa del figlio prima che la lunga causa fosse finita.

Lasciò due importanti grammatiche, una latina (1587-1595) e una greca (1581), numerose edizioni di testi classici (Ovidio, Orazio, Virgilio), edizioni commentate di Garcilaso de la Vega (1574) e Juan de Mena (1582), trattati retorici (De arte dicendi, 1555; Organum dialecticum, 1579), poesie in lingua latina e diverse opere di carattere filosofico, o meglio di alta divulgazione eclettica (Paradoxa, 1581; De nonnullis Porphyrii... erroribus, 1588; Doctrina de Epicteto, 1600), e scientifiche (Pomponii de situ Orbis, 1574; Sphera mundi, 1579).

Sostanzialmente ortodosso, nonostante l'avversione, tipicamente erasmista, ai teologi scolastici, fu uno degli uomini più colti, aperti e illuminati del Rinascimento spagnolo. Fu famoso per Minerva, seu De Causis linguae latinae commentarius e vediamo cosa ha scritto di lui il Dr Rubén Soto Rivera anche a proposito dell’opera di Francisco Sánchez dal titolo Andreae Alciati Emblemata cum commentariis Claudii Minois I. C. Francisci Sanctii Brocensis et notis Laurentii Pignorii Patauini, ed. I. Thuilii, Patauii 1621.

Francisco Sánchez de las Brozas

Francisco Sánchez de las Brozas, conocido como El Brocense (Brozas, provincia de Cáceres, 1522 - Valladolid, 1600) fue un famoso humanista y gramático español.

De familia de hijosdalgo escasos de dinero, estudia en Salamanca, gracias a la ayuda de unos tíos suyos. Allí conoció entre sus condiscípulos a Juan de Mal Lara. Todavía estudiante se casa por primera vez y tiene seis hijos. Viudo a los 32 años, se casa de nuevo y tiene otros seis hijos. Desde entonces tiene problemas económicos para mantener a su importante familia. Obtiene la cátedra de Retórica de Salamanca en 1573, y en 1576 el partido de Griego.

Su importancia en la reforma de los estudios clásicos es, a mediados del siglo XVI, análoga a la de Antonio de Nebrija a comienzos del siglo, como se muestra en su Arte para saber latín (1595), en el Grammaticae graecae compendium (1581) y sobre todo en Verae brevesque latinae institutiones (1587), donde corrige el método de Nebrija. Sin embargo, es recordado sobre todo por su Minerva sive de causis linguae latinae (Salamanca: Renaut, 1587), una gramática del latín que en sus cuatro libros o secciones (estudio de las partes de la oración, del nombre, del verbo y de las figuras), supone un intento señero por someter el estudio de la lengua a la razón. Frente a los primeros gramáticos del Humanismo (Lorenzo Valla, Antonio de Nebrija) que escriben gramáticas normativas fundadas en el usus scribendi de los autores antiguos, el escritor extremeño pone como piedra angular de todo su sistema gramatical la ratio: no reconoce otra autoridad que la razón, y lleva hasta sus últimas consecuencias la lógica del estudio gramatical.

Su obsesión es encajarlo todo en esquemas racionales, dando un papel muy importante en su interpretación gramatical a la elipsis, instrumento esencial de su sistema. En esa búsqueda de esquemas racionales trasciende las fronteras de la lengua latina, para llegar incluso a intuir una gramática general que todas las lenguas llevan implícita; constituye así un hito importantísimo para la Gramática de Port Royal y para la Gramática generativa de Noam Chomsky. La Minerva tuvo gran éxito y conoció quince ediciones hasta 1761. Los densos escolios de Scioppius aparecen desde mediados del siglo XVII y acompañarán a la Minerva hasta el siglo XIX. En cuanto a las notas de Perizonius (Jacobo Voorbrook) fueron realizadas a instancias de un librero de Franeker (Holanda). La edición que las incluyó es de 1687 y tuvo tal éxito que el mismo librero la reimprimió fraudulentamente en 1693.

Publicó ediciones de las Bucólicas de Virgilio (1591), de algunas obras de Ovidio, de las Sátiras de Persio y el Arte poética de Horacio, ediciones comentadas de las Sylvae de Angelo Poliziano y los Emblemas de Andrea Alciato, y traducciones de Horacio y del Canzoniere de Francesco Petrarca. Escribió e imprimió Comentarios a las obras de Juan de Mena y Garcilaso de la Vega (1582 y 1574 respectivamente). De este último dijo, al imputársele haber rastreado las huellas de clásicos grecolatinos en su lírica restándole originalidad al poeta, que no tenía por buen poeta a aquel que no imitara a los clásicos. Escribió también gran número de poesías y escolios en latín.

Su concepto de la belleza literaria es sobre todo formal, como desvela en sus tratados retóricos De arte dicendi (1556) y Órganum dialécticum et rethóricum cunctis discípulis utilíssimum et necessarium (Lyon, 1579); al respecto habrá que recordar que fue procesado por la Inquisición a causa de haberse atrevido a criticar la forma literaria de los evangelios. Fue partidario de Erasmo de Rotterdam, y en sus obras científicas demuestra la inclinación enciclopédica propia del Humanismo, como en Declaración y uso del reloj español (1549), Pomponii Melae de situ orbis (1574), Sphera mundi ex varies auctoribus concinnata (1579). Entre sus obras de carácter filosófico destacan Doctrina de Epicteto (1600), Paradoxa (1581) y De nonnulis Porphyrii aliorumque in dialéctica erroribus (1588).

Tuvo dos encuentros con la inquisición: uno, ya citado, en 1584, del que salió absuelto, y el segundo en 1595, ya jubilado, que se resolvió con su muerte (en 1600, a los 78 años de edad).


La ocasión salmantina de una
de las universidades más antiguas de Europa

Por Dr. Rubén Soto Rivera
catedrático auxiliar de Humanidades en la UPR de Humacao

Andrea Alciato nació el 8 de mayo de 1492, en Milán o en las cercanías de Alzate. Fue el hijo de un próspero comerciante. Se hizo un exitoso abogado y profesor universitario, y vivió varias veces en Milán, Bologna, Avignon y París. Murió el 12 de enero de 1550. Alciato compiló su primera colección de emblemas en 1522. La primera impresión fue en 1531. Se reimprimió no menos de 130 veces entre 1532 y 1790. Algunas de las más notables ediciones son: la de Henry Steyner (Augsburg, 1531), la de Christian Wechel (París, 1534), la de Aldus & Sons (Venice, 1546), la de Guillaume Roville y Macé Bonhomme (Lyon, 1551), la de Paolo Tozzi (Padua, 1621). Jurisconsulto de profesión, el humanismo que expresa en el juego de emblema y poema que lo comenta recoge la mejor tradición clásica de exfrasis, o descripción retórica de pinturas y esculturas.

Manuel Montero Vallejo comenta que los Emblemata del humanista milanés se conocerán, en España, también por una edición realizada en Lyon, entre los años 1548-1549, realizada en las prensas de Guglielmus Rouillius, prologada por éste, cuya versión al castellano fue llevada a cabo por Bernardino Daza, el "Pinciano". Según Montero Vallejo, otra edición de extraordinario valor y rareza es la de 1573, en latín, también en Lyon y con un comentarista excepcional: Francisco Sánchez de las Brozas, "El Brocense". Hay una edición de los Emblemas de Alciato, la cual recoge, entre otros, los comentarios del Broncense (Andreae Alciati Emblemata cum commentariis Claudii Minois I. C. Francisci Sanctii Brocensis et notis Laurentii Pignorii Patauini, ed. I. Thuilii, Patauii 1621). Una edición en castellano y realizada en España fue la de Juan de Mongastón, Declaración magistral sobre los Emblemas... (Nájera, 1615), con comentarios de Diego López.

Francisco Sánchez nació en Las Brozas (Cáceres), alrededor del 1522, y murió en Valladolid, en 1600. La obra cumbre del Brocense es su Minerva sive de causis linguae latinae. La Minerva tuvo dos ediciones: la pequeña Minerva de 1562, y la Minerva definitiva de 1587. La Minerva es un estupendo esfuerzo por someter el estudio de la lengua a la razón. Frente a los primeros gramáticos del Humanismo (Lorenzo Valla, Antonio de Nebrija), que escriben gramáticas basadas en el usus de los autores antiguos, con un carácter exclusivamente normativo, el Brocense pone, como piedra angular de todo su sistema gramatical, la ratio: No reconoce otra autoridad que la razón. El Brocense llevó hasta sus últimas consecuencias la racionalización del estudio gramatical. En esa búsqueda de esquemas racionales, trasciende las fronteras de la lengua latina, para llegar hasta una gramática general. Pero, quizá, lo más original del Brocense sea la distinción entre lo que es el nivel teórico y gramatical de una lengua, y el nivel de uso. Considera que un gramático debe buscar la estructura racional de la lengua y, desde ella, explicar los usos. La Minerva fue, durante más de dos siglos, la obra gramatical definitiva en Europa, donde no encontró rival.

Pasemos ahora a un comentario de El Brocense al Emblema CXXI: "In Occasionem", de Alciato. En el margen derecho, hay esta anotación: "Occasionis statua in bibliotheca Salman." El párrafo del Brocense, así anotado, dice. "En la biblioteca de Salamanca, se ven, hoy, unas estatuas de piedra, las cuales todas representan el tópico de la ocasión, tan artísticamente pulidas, que pueden rivalizar con la antigüedad. Pues hay, en aquel lugar, un niño que se asienta en un globo, con el cabello desparramado sobre sus ojos, en su mano tiene una navaja con una inscripción: "Kairós", vocablo que significa "ocasión". A éste, lo cerca Mercurio y la Fortuna con cornucopia. A través de estas cosas, se sustenta que Mercurio y la Fortuna pueden tributar cualquier cosa que la ocasión posibilite. A éstos, los sigue una vieja con rostro lloroso, la cual es Metanoia, esto es, lo referente a la penitencia".

Este testimonio es un descubrimiento importantísimo que logré hacer, consultando su comentario en latín al emblema "In Occasionem", en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional de Madrid, el 3-08-98. Desde entonces hasta este año, he ponderado las implicaciones de lo dicho por El Brocense, en relación con las actuales estutuas de la Antigua Biblioteca de la Universidad de Salamanca y la cultura del Renacimiento español. De mis lecturas y meditaciones, han surgido dos artículos: "Los pétreos biblionautas del Kairós salmantino" (Acceso. Revista Puertorriqueña de Bibliotecología y Documentación, vol. 5, 2003, pp. 33-64), y "Antigua Biblioteca de la Universidad de Salamanca: Palacio de Kairós" (Exégesis, in print). Remito, a los interesados, a estas lecturas.