Lessico


Santo Domingo de la Calzada
dove un gallo e una gallina arrosto sono resuscitati


Domenico García, eremita dell’XI secolo sulle rive del fiume Oja, commosso per le peripezie cui erano sottoposti i pellegrini diretti a Santiago de Compostela a causa dell’attraversamento del fiume e dell’allungamento del tragitto, costruì un ponte e una strada - calzada - in direzione di Burgos, e successivamente un ostello e un ospedale. La cittadina, ancora oggi asserragliata entro le fortificazioni del XIV secolo, divenne una tappa importante del Camino Francés per Santiago de Compostela. Santo Domingo de la Calzada si trova nella provincia spagnola di La Rioja che giace alla destra dell'alto corso dell'Ebro, il cui capoluogo è Logroño. Nella cattedrale, di fronte alla tomba del santo, si trova un monumento gotico che è la gabbia sontuosa, dipinta e dorata, del gallo e della gallina miracolosamente resuscitati nel 1130 o nel 1400, così come miracolosamente resuscitò il gallo di Barcelos.

Foto scattata nel marzo 2011 da Emanuele Palazzolo


Santo Domingo de la Calzada

Blason de Santo Domingo de la Calzada

Santo Domingo de la Calzada (basque Ozkabarte) est une commune située au nord de l’Espagne, chef lieu de la comarca (canton) de «Rioja Alta», dans la Communauté autonome de La Rioja. Population: 6.069 habitants en 2004. Les habitants s’appellent Calceatenses.

Cette petite ville constitue l'un des joyaux du Camino francés, le chemin de Saint-Jacques-de-Compostelle. C'est là que saint Dominique entreprit de réaliser une chaussée (calzada) pour permettre aux pèlerins de traverser le terrain marécageux. Le village qui se créa sur les lieux fut ainsi baptisé en hommage au saint. La commune est située dans l'extrémité occidentale de la Communauté de la Rioja, à 45 km de Logroño, au pied de la Sierra de la Demande, sur les bords du rio Oja ou Glera. Altitude 638 m.

En l'an 1044, saint Dominique construit le pont sur la rivière Oja, ainsi qu’une chapelle dédiée à Santa María, un hôpital et une auberge pour les pèlerins. En 1076, Alphonse VI de Castille, voyant que le développement du Chemin contribuait à son projet de conquête de cette zone, soutient les œuvres de Dominique. La «ville» a commencé par quelques maisons construites autour de l'ermitage pendant sa vie.

Santo Domingo est déjà une petite ville au XI siècle, et elle est citée pour la première fois dans un cartulaire de 1136. Ce petit noyau concentrait sa population autour de l'église et l'hôpital qui avaient été construit par saint Dominique.
La ville sera sous la tutelle de l'abbé jusqu'en 1250, date à laquelle elle passera sous celle du roi. La population s’est installée le long du Vieux Quartier; toute la partie du Chemin qui, venant depuis Logroño, arrivait jusqu'à la Cathédrale et qui était formé par les premières maisons qui sont apparues dans la ville, et le Quartier nouveau; le reste du chemin qui va depuis la Cathédrale jusqu'à la sortie vers Burgos et qui est le résultat d'une planification pensée pour faciliter l’installation d’une nouvelle population. Cette croissance démographique se produisit suite aux fueros (chartes) qu’Alphonse VIII a accordées entre 1187 et 1207.

À la fin du XIII siècle s’était crée le quartier de San Pedro, devant la Cathédrale, et du faubourg de Margubete dans la zone nord.

Tout au long des XIV et XV siècles, on construit les fortifications et apparaissent: le faubourg de La Peubla dans la zone sud, le Quartier du Marché derrière la Cathédrale et la rue del Pinar, la ville acquiert la présentation que nous lui connaissons aujourd'hui, el casco antiguo, c’est le centre historique.
Le XVI siècle connaît le développement de la ville, elle compte 3.000 habitants, y compris ceux des nouveaux faubourgs qui se sont créés; celui de San Roque, près de la Porte est de la rue del Pinar, et celui de San Francisco, autour du couvent du même nom.

Après un siècle d’incertitudes et de crise comme le reste de l'Espagne, le XVIII siècle rassemble l'essor d’un nouveau développement urbain, fruit d'une nouvelle conception de la société, la restructuration de la Place Mayor avec les bâtiments du Corregimiento (Gendarmerie) et de la Mairie; les nouvelles promenades del Espolón et de la Carrera, et surtout, on dresse la Tour dans l'espace qui était occupé jusqu'alors par la prison, actuellement transférée dans le bâtiment Corregimiento.


Domingo García
Santo Domingo de la Calzada

Domingo García, conocido como Santo Domingo de la Calzada. Fue un religioso de España. Nació en Viloria de Rioja el 12 de mayo de 1019, fue hijo de un labrador llamado Ximeno García y de su esposa Orodulce, y falleció en Santo Domingo de la Calzada con 90 años en 1109.

Tras el fallecimiento de sus padres, intentó ser admitido en los monasterios benedictinos de Valvanera y San Millán de la Cogolla, pero no lo consiguió. Tras este traspiés se retiró como eremita a un lugar apartado en los bosques de encinas de Ayuela, lugar cercano al actual Santo Domingo de la Calzada, llevando una vida contemplativa hasta 1039. Sobre ese año comenzó a colaborar con Gregorio, obispo de Ostia, llegado a Calahorra como enviado papal para combatir una plaga de langosta que asolaba los territorios navarros y riojanos. Este le otorgó la ordenación sacerdotal. Juntos construyeron un puente de madera sobre el río Oja para facilitar el tránsito de los peregrinos hacia Compostela. Hasta la muerte de Gregorio en 1044.

Tras morir Gregorio, volvió a la zona de Ayuela y emprendió una profunda labor de colonización. Taló bosques, roturó tierras y comenzó la construcción de una calzada de piedra que supuso una desviación del camino tradicional por la calzada romana entre Logroño y Burgos, pero que se convirtió, a partir de entonces, en la ruta principal entre Nájera y Redecilla. Por esta labor es conocido como Domingo de la calzada.

Para mejorar las condiciones de los peregrinos que empezaron a transitar la nueva calzada, sustituyó el puente de madera que había construido con Gregorio por uno más robusto de piedra, y construyó un complejo integrado por hospital, pozo e iglesia, para atender a las necesidades de los viajeros, donde en la actualidad se encuentra la Casa del Santo, utilizada como albergue de peregrinos.

Al apoderarse en 1076 de La Rioja, Alfonso VI de Castilla y viendo que el desarrollo del Camino contribuía a su proyecto de la castellanización de la zona, se hizo partidario del santo, de sus obras, y de su villa, visitando a Domingo en 1090 y responsabilizándolo de las obras viarias que se realizaban a lo largo del Camino de Santiago. En esos momentos, y con la ayuda de su discípulo Juan de Ortega, había iniciado ya la construcción de un templo dedicado al Salvador y Santa María. Este fue consagrado por el obispo de Calahorra en 1106. En el exterior del templo y adosado a sus muros, el santo escogió un lugar para su propia sepultura.

El burgo de Santo Domingo de la Calzada empezó como unas pocas casas construidas en torno a la ermita del santo durante su vida. Al morir Domingo en 1109 ya contaba la villa con una creciente población. La iglesia de Santo Domingo de la Calzada, en la que fue enterrado, fue elevada al rango de catedral poco después. Nueve tablas pintadas, adorna hoy una pared de la catedral y recuerda los milagros de Santo Domingo.

Milagros del Santo

Las buenas obras de Santo Domingo a favor de los peregrinos de Santiago no parecen haber cesado con su muerte. Varias milagrosas curaciones de peregrinos, ocurridas en la villa, se atribuyen a la influencia de Domingo.

- Curación del caballero francés poseído por el demonio que fue librado del espíritu maligno ante el sepulcro del santo.

- Curación de un peregrino alemán del siglo XV llamado Bernardo, que se curó de una infección purulenta de los ojos al visitar la tumba de Santo Domingo.

- Curación de un normando que recobró la vista al visitar la catedral.

- El milagro del gallo y la gallina.

Riojanos ilustres

Nació en Viloria de Rioja, en una humilde familia. Hacia el año 1050 decidió ser monje benedictino pero le rechazaron en los monasterios de Santa María de Valvanera y San Millán, tomándole quizá por vagabundo o por algún fugitivo de las tareas del campo, por lo que se decidió por la vida eremítica. Y en los montes que rodean al San Lorenzo, pasó cinco años dedicado a la oración y penitencia.
Sucedió entonces que el Papa Benedicto IV envió como Legado a Gregorio de Ostia, a Navarra y La Rioja, para que les llevara consuelo en una plaga de langosta que asolaba aquellas regiones. Cuatro años vivió Domingo en el séquito de Gregorio, con gran provecho espiritual. Cuando San Gregorio muere en Logroño, Domingo decide quedarse en la vega riojana, para socorrer a los muchos romeros necesitados que cruzaban por allí.

En la Edad Media cobró gran auge — junto con Roma y Jerusalén —  la peregrinación a Santiago de Compostela. De noche, se orientaban los peregrinos por la Vía Láctea, llamada por ello Camino de Santiago. De día... desde Roscenvalles hasta Nájera estaba bien marcada la ruta del camino francés. Después se borraba el camino. Veredas inhóspitas, infestadas de alimañas y salteadores, los montes de Grañón y Cirueña, los encinares de Carrasquilla, el valle del Oja, la Bureba burgalesa... Un verdadero riesgo. Ya lo dice el viejo cantar: "Vos que andáis a Santiago, mire vostra mercé, non ay puentes nin posadas nin cosa para comer". Era una aventura. Nuestro Santo había encontrado su vocación: ser el buen samaritano, el ángel protector de los romeros a Santiago, mejorar los caminos, preparar albergues, movido únicamente por su deseo de ayudar a los peregrinos.

A Santo Domingo se le atribuyen muchos milagros. Pero él no ahorró esfuerzos por facilitar el paso a los romeros. El Santo Patrono de la ingeniería española construyó primero una ermita dedicada a Santa Maria, desde la que exploraba el horizonte para acudir en ayuda de cualquier prójimo en apuros. Edifica después un albergue, en el que hace de albañil, enfermero y hospedero. Luego busca recursos y levanta el famoso puente sobre el Oja, que todavía subsiste, después de diez siglos.

Más tarde tala montes y construye una calzada, que llegará a ser su glorioso apellido. Se le agregan muchos para colaborar con él, y empieza a nacer una ciudad, Santo Domingo de la Calzada "ciudad cortés e hidalga con la caridad de Cristo que inflamó a su Fundador, por cuyas calles aparece todavía la sonrisa amable que hace mil años acogía a los peregrinos".  San Juan de Ortega y Santo Domingo de Silos, que lo conocieron, atestiguan las múltiples obras de caridad llevadas a cabo durante más de sesenta años por este benefactor insigne de la humanidad.

Habiendo muerto nonagenario en 1109, se conservan documentos oficiales de 1112 en que ya le denominaban Santo. Para albergar el sepulcro que conserva sus venerables restos, se construyó después una hermosa catedral, de arte gótico primitivo.

Según una bella leyenda, Domingo no se limitó a proteger en vida. Cuenta la tradición que entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio alemán con su hijo de dieciocho años llamado Hugonell. La mesonera donde se hospedaron se enamora del muchacho, que la rechaza.

Furiosa la moza, introduce en el bolso del joven una copa de plata, y cuando los peregrinos siguieron su camino, la muchacha denuncia al joven por ladrón. El juez lo hace ahorcar, las leyes de entonces (Fuero de Alfonso X el Sabio) castigaban con pena de muerte el delito de hurto y una vez fue prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado.

Al cabo de un mes, cuando sus padres regresan de Santiago y se acercan al patíbulo para rezar por el hijo, se encuentran con que éste está vivo, suspendido de la cuerda, y les suplica que acudan al juez de la ciudad para que lo suelten y lo dejen en libertad. El juez se encuentra sentado a la mesa a punto de trinchar una gallina; al oírles, suelta una estrepitosa carcajada y añade: ¡Tan cierto es el cuento que me acabáis de narrar como que esta gallina está viva! La gallina se incorporó sobre sus patas y saltó fuera del plato. El Juez ordenó inmediatamente que se descolgara al joven y se castigara a la moza. Así que, después de muerto, Santo Domingo seguía protegiendo a sus romeros.

www.valvanera.com


El milagro del gallo y la gallina
Le miracle du pendu-dépendu

Un miracolo di San Giacomo o di San Domenico?

Il miracolo di Hugonell avvenuto a Santo Domingo de la Calzada
Opera di Pier Antonio Mezzastris
Assisi - Oratorio dei Pellegrini

Pier Antonio Mezzastris - Pittore italiano (Foligno 1430-1506). Ispirandosi prima all'Angelico (Madonna e Santi, 1471, Foligno, Santa Lucia) e poi a Benozzo Gozzoli, svolse in Umbria (a Foligno, Narni, Montefalco, Assisi) una notevole attività di frescante, caratterizzata da modi piacevolmente aggraziati e da una fresca vena narrativa.

L'Oratorio dei Pellegrini di Assisi è una piccola cappella di un ospedale del XIV secolo. L'interno conserva le opere di Matteo di Gualdo, Pier Antonio Mezzastris e altri pittori della scuola Umbra.

Le miracle du pendu-dépendu constitue le septième miracle du De miraculi sancti Jacobi, deuxième livre du Codex Calixtinus. 

Il s'agissait de mettre en garde les pèlerins de Saint-Jacques-de-Compostelle contre les mauvais agissements d'aubergistes peu scrupuleux. 

En 1130, Hugonell, jeune pèlerin germanique en route avec ses parents vers Saint-Jacques-de-Compostelle, passa la nuit dans une auberge de Santo Domingo de la Calzada. Une jeune servante lui fit des avances, qu’il repoussa. Éconduite, elle cacha dans son bagage de la vaisselle d'argent. Au moment du départ, elle l’accusa du vol du plat. Il fut condamné et pendu pour ce vol qu’il n’avait pas commis. 

Les parents éplorés continuèrent leur pèlerinage et prièrent saint Jacques. À leur retour de Compostelle, ils l'entendirent leur dire du haut du gibet qu'il vivait, car saint Jacques le protégeait. Émerveillés, ils s'adressèrent l’alcalde, (de l’arabe al cadi : le juge) qui était en train de déguster un coq et une poule rôtis, leur répondit avec ironie: « Si votre fils est vivant, cette poule et ce coq se mettront à chanter dans mon assiette. » Ce qu’il advint, le coq chanta et la poule caqueta. L’alcalde bouleversé fit dépendre le jeune homme et pendre à sa place la fautive. 

Depuis le XIV siècle, une poule et un coq blancs (changés régulièrement !) vivent à l'intérieur de la cathédrale de Santo Domingo de la Calzada, dans un beau poulailler gothique, au grand étonnement des touristes qui ne connaissent pas l'histoire, et qui, parfois, demandent où il faut glisser une pièce pour faire chanter les automates. 

Le 6 octobre 1350, une bulle signée à Avignon accorde des indulgences aux pèlerins qui prient devant les reliques où se trouvent le coq et la poule. En tout état de cause, il est de bon présage d'entendre le coq chanter. 

Le coq et la poule se trouvent derrière une grille ouvragée, ce qui empêche les pèlerins d'aujourd'hui de leur arracher une plume en guise de relique. Celle-ci est aimablement donnée par le sacristain de Santo Domingo. Dès lors, en plus de la coquille Saint-Jacques, le pèlerin porte aussi la plume de la poule ou du coq. 

Les chaînes du captif et la poutre du gibet sont suspendues aux murs de la cathédrale. Elles commémorent le surprenant miracle. Cette légende est évoquée sur quantité de retables tant en France (par exemple à Cotdoussan ou Prelles dans les Hautes-Alpes) qu'en Suisse ou en Allemagne (Jakobskirche de Rothenburg).

Historia de la ciudad
y relato del famoso milagro
de el Gallo y la Gallina

Este pueblo estuvo ligado al Camino de Santiago desde sus orígenes en el siglo XI. Calzada significa sendero o camino. Santo Domingo, un joven pastor oriundo de la región, se educó en el monasterio de Valvanera y solicitó entrar en el famoso monasterio de San Milán de la Cogolla. Rechazada esta petición, se hizo el ayudante de Gregorio de Ostia, el legado papal, quien le ordenó sacerdote.

A la muerte de Gregorio, Domingo se retiró al río Oja para llevar vida de ermitaño y asistir a los peregrinos que iban hacia Compostela. Se le llama "de la Calzada" por su determinada labor de mantener y mejorar el la vieja calzada romana que pasaba entre Nájera y Redecilla del Camino para facilitar el paso de los romeros. En el año 1044 construyó un puente sobre el río Oja, la más conocida de toda una serie de puentes que hizo sobre ríos, arroyos y barrancos. También edificó una capilla dedicada a Santa María, un hospital y un albergue de peregrinos, hoy restaurado como Parador Nacional de Turismo.

Al apoderarse de la Rioja en 1076, Alfonso VI de Castilla, viendo que el desarrollo del Camino contribuía a su proyecto de la castellanización de esta zona, se hizo partidario del santo, de sus obras, y de su villa. El "burgo" de Santo Domingo de la Calzada empezó como unas pocas casas construidas en torno a la ermita del santo durante su vida. Al morir Domingo en 1109, se veía muy crecida la población. La iglesia de Santo Domingo de la Calzada, en la que fue enterrado, fue elevada al rango de catedral poco después.

Las buenas obras de Santo Domingo a favor de los peregrinos de Santiago no parecen haber cesado con su muerte. Varias milagrosas curaciones de peregrinos, ocurridas en la villa, se atribuyen a la influencia de Domingo. Tal fue el caso de la curación del caballero francés poseído por el demonio que fue librado del espíritu maligno ante el sepulcro del santo; o la de Bernardo, un peregrino alemán del siglo XV que se curó de una infección purulenta de los ojos al visitar la tumba de Santo Domingo; o el normando que recobró la vista en aquel santo lugar. Un juego de nueve tablas pintadas hoy adorna una pared de la catedral y recuerda los milagros de Santo Domingo.

Pero el milagro más famoso -- de hecho, uno de los más populares de toda la Europa medieval -- es la célebre historia de una familia alemana que caminaba hacia Compostela. Al pasar por Santo Domingo se alojaron en un mesón donde la moza de la casa sintió una fuerte atracción por el hijo de la familia y se lo hizo saber. Pero el joven resistió los avances de la moza y ésta, humillada y rencorosa, escondió un vaso de plata en el zurrón del peregrino. En cuanto salieron los peregrinos a continuar su camino, ella le acusó de haberle robado el vaso.

Los oficiales de la ciudad prendieron y ahorcaron al romero. Los tristes padres siguieron su romería y, de regreso de Compostela, descubrieron que su hijo seguía vivo en la horca, milagrosamente sostenido y protegido por Santo Domingo. Fueron a decírselo al juez del pueblo, que en aquel momento estaba en la mesa a punto de comer un plato de pollo. Al oír lo que le afirmaban los padres, replicó con ironía: "Esta historia es tan verdadera como que este gallo y esta gallina van a levantarse del plato y cantar." Así lo hicieron las aves, ante el asombro de todos.

La primera parte de esta leyenda, la historia del peregrino ahorcado, se cuenta en muchísimas colecciones medievales de milagros, atribuyéndose el milagroso sostenimiento del romero al mismo Santo Domingo, a Santiago, o a Santa María. El milagro suele situarse en la ciudad francesa de Tolosa; la nacionalidad de la familia varía entre alemana y francesa; pero el milagro siempre es el mismo. Se puede comparar, por ejemplo, las versiones manejadas en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo (milagro número 6), Cantiga de Santa María número 175 de Alfonso X, el sabio, y el Codex Calixtinus. La segunda parte, el prodigio del gallo y la gallina, pretende apoyar la verdad del primer milagro, y es propia de Santo Domingo de la Calzada.

Entrando a la iglesia del pueblo, el peregrino medieval podía ver una caja de hierro que encerraba un gallo y una gallina, descendientes, se afirmaba, de las aves asadas que cantaron. Los peregrinos recogían las plumas caídas de las aves sagradas, o se las pedían al sacristán, y las exhibían, orgullosos, en sus sombreros. Se decía, además, que si las aves comían las migajas de pan que los romeros les subían en las puntas de sus bastones, era una señal cierta de que llegarían salvos a Compostela. Hasta hoy en día los cantos del gallo en la iglesia se considera signo de buen augurio. El peregrino Hermann Künig en el siglo XV afirma haber visto el cuarto donde las aves echaron a cantar y el horno donde fueron asadas. Otros documentos de peregrinos recuerdan que la camisa del peregrino ahorcado se conservaba en la iglesia y que la horca misma estaba puesta en lo alto de una de sus paredes.

Estos artefactos se han perdido, pero el famoso Gallinero de Santo Domingo de la Calzada, sin duda la más curiosa decoración de jamás ha ostentado iglesia del mundo, con su marco gótico tardío y sus rejas doradas, sigue alojando a un gallo y una gallina blancos, descendientes de aquellas aves que cantaron después de asadas.

 www.lacalzada.com

El milagro del gallo y la gallina

Sucedió en Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. En el siglo XIV peregrina a Compostela un joven alemán de 18 años llamado Hugonell, que va acompañado por sus padres. En el mesón donde se hospedan trabaja una muchacha joven que se enamora de él y le requiere de amores, a lo que el muchacho se niega. Despechada y con ansias de venganza guarda en el zurrón del joven una copa de plata y luego le acusa de robo.

El joven Hugonell y sus padres se disponen a partir para seguir el peregrinaje, cuando llega la justicia y comprueban la acusación registrando el zurrón del muchacho. Es encontrado culpable y condenado a la horca. Los padres no pueden hacer nada por él más que rezar a Santiago. Al acercarse al cuerpo ahorcado de su hijo para despedirse oyen cómo éste les habla desde la horca y les dice que está vivo por la gracia del Santo.

Felices y contentos van a comunicar la noticia al corregidor que justo en ese momento está cenando opíparamente unas aves. El corregidor naturalmente se burla de lo que oye y lanza la frase conocida: “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que me importunarais”. Y en ese momento, las aves saltan del plato y se ponen a cantar y cacarear alegremente.


El gallinero catedralicio

Construido hacia 1.460 es un obra gótica en piedra policromada que alberga en su interior una pareja viva de aves: Un gallo y una gallina blancos. Está situado en el brazo derecho  del crucero, en el lado de la epístola  frente al sepulcro de Santo Domingo de la Calzada. Es el testimonio vivo y permanente del auxilio del Santo a los peregrinos compostelanos. Y recuerdo del famoso milagro que extendió el nombre de Santo Domingo por todas partes con aquel famoso dístico que dice:

Santo Domingo de la Calzada
donde cantó la gallina después de asada.

Desde 1.350 hay constancia escrita en el Archivo Catedralicio de las existencia de la aves en la catedral mediante una bula extendida por el Papa en Avignon por la que se concedían indulgencias a los fieles que ayudasen al culto de la catedral de Santo Domingo, asistiesen a sus oficios divinos o "miransen al gallo y a la gallina que hay en la iglesia". Las actuales aves son reemplazadas mensualmente por otras distintas, labor que realizan voluntarios de la cofradia de Santo Domingo.

www.riooja.org

El gallinero y el milagro del ahorcado

En el brazo meridional del transepto, frente al sepulcro del santo, se encuentra un gallinero, obra gótica de fines del siglo XV. En el gallinero, facilitadas tradicionalmente por la localidad de Gallinero de Rioja, siempre hay una pareja de aves vivas: un gallo y una gallina de plumas blancas, que recuerdan uno de los milagros más famosos atribuidos a santo Domingo y, tal vez, el que más predicamento tuviera entre los peregrinos a Santiago, dado que ésta era la condición de sus protagonistas.

Según la tradición, se dirigía a Compostela un matrimonio con su hijo de dieciocho años, llamado Hugonell. Procedían los tres peregrinos de Ad Sanctos (diócesis de Münster, hasta 1821 Arzobispado de Colonia). Llegados a Santo Domingo de la Calzada, se dirigieron con devoción a rezar ante el sepulcro del santo, tras lo cual marcharon a un mesón donde hospedarse y pasar la noche. Parece ser que la hija de los mesoneros se enamoró del joven Hugonell, pero ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse de éste y le introdujo una copa de plata en su equipaje, hecho que denunció como hurto en el momento en que los viajeros emprendían su camino.

De acuerdo con las leyes vigentes en la época (Fuero de Alfonso X el Sabio), el Corregidor castigó el robo con la pena de muerte y el inocente fue ahorcado. Una vez cumplida la sentencia, sus padres, apenados, continuaron el peregrinaje hasta Santiago. De vuelta, al pasar de nuevo por la ciudad calceatense, fueron a despedirse de su hijo, cuyo cuerpo aún pendía de la horca. En esos momentos, el joven habló y les narró a sus padres cómo santo Domingo le había sostenido milagrosamente durante todos esos días, salvándole así la vida.

Los padres, consideraron el milagro como prueba irrefutable de su inocencia, y corrieron a casa del Corregidor a transmitirle lo que su hijo les había contado. Ante ello, el incrédulo juez les contestó que «su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina asados que él se disponía a comer». En ese preciso instante, ambas aves saltaron del plato y, cubiertas de plumas, comenzaron a cantar. Reconocida la inocencia del joven, fue descolgado de la soga y pudo proseguir el viaje a Alemania con sus padres.

Desde entonces y en recuerdo de este suceso, se recitan los versos: «Santo Domingo de la Calzada, / donde cantó la gallina después de asada».


La cathédrale

La cathédrale de Santo Domingo de la Calzada, petite ville de la Rioja en Espagne, est dédiée à Saint Dominique de la Chaussée. Depuis 1959, elle a le titre de concathédrale avec celle de Logroño et de Calahorra.

L’église primitive était placée sous l'invocation d’El Salvador (le Sauveur) et Santa María, pour laquelle le roi Alphonse VI a fait don d'un terrain en 1098. Elle a été consacrée en 1106 par l'évêque Don Pedro Nazar. Elle a été Collégiale jusqu’en 1158 et Cathédrale depuis 1232, étant le siège de l'évêché de Calahorra-La Calzada.

Les travaux de l'église romane actuelle ont commencé en 1158, en conservant une grande partie de l'ancienne. Ils ont été dirigés par maître Garçion. Au XVI siècle, une partie du transept a subi une importante modification avec l'extension du côté gauche pour la tombe de Saint Dominique. Organisée comme une église de pèlerinage, modèle existant le long du Chemin de saint Jacques de Compostelle et qui a comme caractéristique la prolifération de chapelles et l'existence d'un déambulatoire dans son chevet qui permet la circulation intérieure.

Le sculpteur Renaissance, valencien, Damián Forment a laissé dans la cathédrale une de ses œuvres les plus grandioses, celle du Retable. C’est la seule de ses réalisations qu'il a effectuées en bois, les autres étant en albâtre (retable du Pilier de Saragosse, retable du Monastère de Poblet, etc.) de neuf mètres large et de treize mètres de haut. Bien qu'il soit décédé en 1540 dans cette ville, il a laissé pratiquement terminé son œuvre. La polychromie est l’œuvre d'Andres de Melgar.Dans sa partie centrale la statue d'El Salvador, titulaire de la cathédrale. En haut l’Ascension de la Vierge. Le tout entouré de scènes comme l'Annonciation, l'Adoration des Bergers, l'Adoration des Rois, la Présentation, la Résurrection, Pentecôte, la Chute du Christ, la Cinquième Angoisse et la Flagellation. Il y a en outre vingt statues entre lesquelles Saint-Dominique de la Chaussée.

Le Retable

Le sépulcre de saint Dominique est conçu comme l'élément central d'une chapelle de la cathédrale, elle se trouve à l'ouest du Poulailler. Sur le couvercle le gisant du saint est roman fin du XII siècle. Saint-Domingue apparaît avec ses vêtements reposant sa tête sur des coussins et accompagné de six petits anges, deux à la tête, deux à la hauteur de la ceinture et deux aux pieds. L'œuvre était polychrome dont il ne reste que des traces.

La chapelle de Saint Dominique

Les scènes qui entourent le sépulcre ont été parrainée par l'évêque Diego López de Zúñiga et ont été effectué vers 1440 de style gothique. Elles racontent les miracles du Saint.

Il est surmonté d'un baldaquin en albâtre, sur des dessins de Vigarny, et réalisé par Juan de Rasines en 1513. Il est décoré de bas-reliefs relatant la vie du saint.

Le Poulailler

Construit vers 1460, c'est une œuvre gothique en pierre polychrome qui loge un couple de gallinacés: un coq blanc et une poule de même.

Il est situé dans le bras droit de la croisée du transept, dans le côté de l'Epître (nord) face à la tombe de Saint Dominique. C'est le témoignage vivant et permanent de l'aide du Saint aux pèlerins. Et rappelle le célèbre miracle qu'il a propagé le nom de Santo Domingo de la Calzada sur tous les chemins du pèlerinage avec ce célèbre dicton qui dit: « Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina después de asada » (Santo Domingo de la Calzada, où a chanté une poule après avoir été grillée).

Il existe un document dans les Archives de la Cathédrale, daté de 1350, de l'existence des gallinacés. C’est une bulle du pape d’Avignon, Clément VI (1342-1352) par laquelle on accordait des indulgences aux fidèles qui aideraient au culte de la cathédrale, et assisteraient à leurs offices divins ou «miransen al gallo y a la gallina que hay en la iglesia» Les gallinacés sont mensuellement remplacés, tâche qu'effectuent les bénévoles de la confrérie de Santo Domingo.


Análisis de la leyenda del ahorcado
en diferentes versiones

Testimonios pictóricos-artísticos
basados en la leyenda

Alfredo Gil del Río

Scène de pendaison par Pisanello 1436-1438
secondo alcuni 1450
Particolare di San Giorgio e la Principessa
Cappella Pellegrini nella Chiesa di S
anta Anastasia - Verona
Antonio di Puccio Pisano o Antonio di Puccio da Cereto
detto il Pisanello - Pisa? 1390 ca - Roma prima del 1455

Penetré en el interior de la catedral de Santo Domingo de la Calzada con la intención de poder contemplar el sepulcro de aquel Santo cuyo nombre tantas veces pronunciaron los labios de los sufridos peregrinos en recuerdo del hombre que con su esfuerzo personal logró trazar un camino en la espesura del bosque para alcanzar un sueño universal: un mundo sin fronteras.

La nave se hallaba sumida en un impresionante silencio interrumpido por el ruido de un gallo y una gallina vivos que con inquieta movilidad recordaban el más celebre milagro de la ruta jacobea: el milagro del ahorcado. Una frase resultó popular: Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada.

El gallo y la gallina vivos - que seguía contemplando - eran símbolos de supervivencia de un bello poema de caminantes y peregrinos, asentada por el fabuloso «Camino de Santiago», denominado también «Camino Francés» o «Ruta de Compostela», donde la peregrinación adoptó la forma de una extraordinaria aventura. Es la historia más bella del Camino de Santiago. Se dice que hacia el año 1400, un matrimonio alemán residía con su hijo en la localidad de Santés, en el norte de Francia. Su fe les impulsó a visitar la tumba del apóstol Santiago en pago de ilusionada promesa. Atravesando los fatigosos caminos de la ruta jacobea penetrarían en la ciudad de Santo Domingo de la Calzada. Cansados por el largo viaje decidieron hospedarse en un viejo mesón. Sus dueños tenían una hija que les ayudaba en el duro trabajo de atender a los peregrinos. Al ver al joven alemán no pudo evitar un fuerte y inesperado amor que no intentó ocultarle. Al verse rechazada y en un deseo de venganza se le ocurrió meter en el zurrón del joven peregrino una valiosa taza de plata que había sustraído de entre los bienes familiares. Al día siguiente, cuando los peregrinos se disponían a partir, denunció el hecho a las autoridades, requiriéndolas para que se le registrase a la que se accedió ya que la joven alegaba que había presenciado el momento en que el peregrino sustraía la valiosa taza. En aquellos tiempos el robo y el hurto se castigaban con penas rigurosas. De nada sirvieron sus excusas y alegaciones de inocencia, y fue juzgado y condenado a la horca, como pena capital.

A su regreso de Compostela, los padres decidieron parar nuevamente en Santo Domingo de la Calzada para rezar ante el cadáver de su hijo que todavía pendía de la horca como ejemplo de rigurosa justicia y temor de ladrones y malhechores que buscaban su víctima propiciatoria en los viajantes. Al arrodillarse los acongojados padres delante del cuerpo de su hijo, cual no sería su sorpresa al escuchar claramente: «Madre mía, ¿por qué lloráis al muerto cuando dichoso vivo? El bienaventurado Santo Domingo de la Calzada me ha conservado la vida, él me ha mantenido y sostenido como ahora me véis. Id y dad parte a la justicia» .Los padres, presurosos y con grandes muestras de alegría, corrieron a la casa del Corregidor - que habitaba en el Barrio Viejo, frente al Colegio de Religiosas Bernardas, en la parte conocida como casa del Conde - a quien hicieron un apresurado relato de lo que acababa de acontecer. Hallábase éste a punto de trinchar dos aves de corral e incrédulo de la historia que acababa de escuchar exclamó: «jVuestro hijo está tan muerto como esas aves que voy a trinchar!». De pronto se produjo un hecho asombroso; el gallo y la gallina resobraron sus plumas y con fuerza se oyó el cantar del gallo.

Con el maravilloso milagro de Santo Domingo el joven peregrino recobraba la vida, y con lágrimas en los ojos se iba alejando de aquella ciudad que había acrecentado su fe...

Su primera versión la encontramos en el siglo XII en el «Liber Sancti Jacobi» , desarrollándose los hechos en el año 1090 siendo los peregrinos de nacionalidad Alemana, y llamándose el hijo Hugonell a quien se atribuirá el robo de una copa de plata; para Domenico Laffi los peregrinos eran «Grecs de Thessalonique» produciéndose el milagro en el mismo año.

Antiguos cronistas dan detalles de aquel milagro, con ligeras variantes...

 González de Texada, precisó una serie de datos que siguen persistiendo en evocaciones del milagro...

 «... en que corre esta Historia, le doy este lugar por los años de mil quatrocientos, poco más o menos. Sucedió, pues, en esta forma». «Dos vezinos, marido y muger, de la Villa de Santos, cerca de Vvesel, y Res, en el Arçobispado de Colonia, determinaron ir a Santiago de Galicia en Romería con un hijo suyo, mancebo de pocos años. Pusieronse en camino: a la Ciudad llegaron de Santo Domingo de la Calçada...
Possaron en un Meson de esta Ciudad, cuyos dueños tenían una hija doncella de mas buen parecer, que recato... ...
Arrastrola tanto la passion amorosa, que se le declaró al gallardo mancebo, abandonando toda la honestidad...
Viendo la deshonesta moça burlados sus intentos lascivos, troco el amor en odio, como suele suceder a tales, y trató de vengarse del desprecio...
... Determino poner en el zurron del inocente Peregrino una taza de plata, que sus padres ponían en la mesa para que los passageros bebiessen.
Tomaron padres, y hijo su camino; y ella traydoramente infame, luego que los juzgò ya fuera de la Ciudad, empecò a dar vozes, diziendo que no parecía la taza, y que aquel moço Peregrino se la avria llevado. Creyose su dictamen con facilidad. Fueronse los padres de la moça al Corregidor de la Ciudad a pedir justicia; mando el Corregidor, que los Alguaziles fuessen a toda diligencia en busca de los Peregrinos, a quienes hallaron a poca distancia: Registráronles lo que llevaban, y en poder, del mancebo fue hallada la taza...
Se producirá el milagro en la forma conocida.
Baxaronle de la horca con gran ternura, y admiración, y con procession solemne le llevaron al Sepulcro del Santo, donde se dieron a Dios muchas gracias por tal beneficio; entregaronsele a sus padres, y todos tres tomaron su jornada para Santes, su Patria, donde muchos años después murió el Peregrino: y en su rexa, frente al Sepulcro del Santo, que oy se conserva sobre la puerta de la Torre Mayor, en cuya frente se pinto el Gallo, y Gallina, las pusieron en él; y como no podían conservarse así mucho, se ha observado después aca tener este nicho nn Gallo, y una Gallina blancos, que se mudan a sus tiempos, en memoria del Milagro. De ellos llevan plumas los que visitan al Santo, con quienes ha obrado Dios muchos prodigios. Pusose encima de la puerta de casa, en que sucedió el Milagro, este rótulo: En esta casa sucedió el Milagro del Gallo, y la Gallina: y en el año de mil quatrocientos y treinta y nueve, dize, que se conserva en el Archivo de aquella Santa Casa. Ya este se cayò, y su sitio esta hecho prado; pero con la tradición de que sucedio allí este Milagro. Desde este sucesso milagroso nuestra Santa Iglesia, y nuestra Ciudad, al Arbol, y Hoz, que antes tenía por armas, como vimos, añadieron un Gallo, y una Gallina en su Escudo de Armas, de todas las cuales usan oy las dos Comunidades».

«Dícese que pasando por aquí en peregrinación á Santiago un matrimonio con un hijo llamado Hugonell, de procedencia teutónica, una moza tan vengativa como poco recatada, viendo burlados sus torpes deseos, concibió el malvado proyecto de perder al inocente y puro mancebo, fingiendo y atribuyendo á éste el hurto de una valiosa taza de plata, que ella furtivamente había colocado en el saco del virtuoso doncel. Denunciado el hecho y encontrado el cuerpo de delito, á pesar de las protestas del pobre Hugonell, fué condenado á muerte, sufriéndola resignadamente en alta é ignominiosa horca. Pero contemplando sus infortunados padres el terrible suplicio en que se había cumplido el fallo jidicial, observaron que su hijo pendiente del afrentoso madero, se hallaba vivo y sano, manifestándoles que debía la vida al patrocinio y mediación de Santo Domingo.
Llenos de alborozo aquellos, comunicaron el hecho á la Autoridad; pero al Alcalde, que á la sazón estaba para comer un gallo y gallina asados, despreciando la relación como fabulosa é imposible, contestó que tan vivo estaba el peregrino como la tostada vianda acabada de servir a la mesa. Mas con asombro suyo, de los comensales y demás personas, las aves vistieron en el acto blanca y hermosa pluma y saltando por la mesa, comenzaron á cantar fuertemente dando portentoso testimonio del milagro del peregrino.
En antigua narración la procaz y sensual moza, autora de la calumnia, sufrió después fuerte castigo.
Desde entónces se conserva en la Iglesia un trozo de madera de la horca, y en un lucillo enrejado frente á la Capilla Santa, existen un gallo y una gallina blancos, que se procura cuidar, alimentar y sustituir convenientemente. La Ciudad añadió también la imágen de estas aves al timbre de sus armas, á cada lado de la encina, que arriba se mencionó».
Ignacio Alonso Martínez (Santo Domingo de la Calzada, año 1889) .

Agustín Prior (Santo Domingo de la Calzada) hace la siguiente relación del milagro:

«Cuenta la tradición que, entre los muchos peregrinos que hicieron alto aquí para visitar el sepulcro, lo hizo un matrimonio de Santis, del reino de Francia, arzobispado de Colonia, con su hijo de dieciocho años llamado Hugonell. Habiendo resistido éste los torpes deseos que su lozana juventud despertó en pícara moza que servía en el mesón donde se hospedaron, esta mala mujer, recordando el ejemplo de José en Egipto, escondió, para vengarse, en el equipaje del joven, una taza de plata. (Las joyas fueron la obsesión durante la Edad Media. Para ganar voluntades y sobornar autoridades, a menudo se dan y se toman joyas labradas, de metales preciosos. Santiago, varias veces hubo de hacer milagros para demostrar la inocencia de peregrinos, acusados de robar joyas). (Pijoan, Summa Artis, pág. 588. volumen IX). y cuando los peregrinos pre- tendieron seguir su camino, la moza denunció el robo ( Génesis, XXXIX, 14 y s.; XLIV, 2.5.12).
El Fuero Real de Alfonso el Sabio castigaba con pena de muerte el delito de hurto. Encontrada la vasija de plata, el inocente peregrino fue ahorcado. Sobreponiéndose a su gran dolor, los padres, después de varios días, pasaron llorando ante el infame patíbulo; pero escucharon la voz inconfundible de su hijo, que les anunciaba que el Santo, velando por su inocencia, le conservó la vida. (No se precisa si conservó la vida mucho tiempo o le resucitó cuando volvieron los padres de Compostela).
Con la emoción que puede suponerse, se presentaron los padres en la casa del corregidor, que asumía entonces funciones judiciales anunciándole el milagro obrado en su hijo. Incrédulo aquél ante hecho tan extraordinario, respondió que su hijo está tan vivo como el gallo y gallina asados que se disponía a trinchar. Como respondiendo a su falta de fe, aquellas aves, vistiéndose de blanca pluma, saltaron de la fuente, se pasearon por la mesa y cantaron. El corregidor y los padres fueron inmediatamente ante el patíbulo y, recogiendo al peregrino, con la ciudad entera, formando alegre manifestación, fueron a dar gracias al Santo bendito y milagroso. Probablemente, desde aquel día los gallos no han dejado de cantar en el recinto sagrado de la Catedral».

Una creencia muy arraigada en los hombres primitivos la tuvo el culto a los animales que en muchas civilizaciones tenían significados divinos con tintes mágicos en las religiones paganas. En la Africa negra la cría de animales domésticos tiene matices de adoración. El sacrificio de animales para aplacar la cólera de los dioses, con prácticas extendidas con sacrificios, ágapes sagrados o ritos religiosos en los que ciertos animales aparecen como «protagonistas» con facultades sobrenaturales o medio de comunicación con los poderes invisibles. El gallo también tuvo su representación en esos credos religiosos. En los pueblos primitivos consideraban que tenía la facultad de librar de diferentes males. Su canto matutino simbolizaba el final de una noche con sus pesadillas y misterios. En otras experiencias supersticiosas son portadores de remedios contra los espíritus malignos, por lo que resulta necesaria su presencia - que resultaba una costumbre en los pueblos germanos - en los momentos de inaugurar una morada. Con el cristianismo tuvo significados de protector de las almas en su camino hacia el otro mundo, y su nombre se repite en algunas narraciones bíblicas que se han citado por escritores e investigadores. Calvo Espiga con citas de E. Cosquin, hace referencia de las siguientes:

- Cristo profetizó a Pedro: «... antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres» (Mc. 14.30 b).
- Según una leyenda copta, en la última cena que Cristo celebró con sus discípulos fue servido un gallo asado. - Cuando Judas salió con el pretexto de hacer unas compras, el gallo se levantó por orden de Cristo y siguió al apóstol.
Poco después volvió con la noticia de que Judas había entregado al Maestro.
- Villancico gitano que incluye la historia de una visita que, de incógnito, hizo el Salvador al fabuloso monarca. En un momento en que el faraón dudaba de la divinidad de Cristo, un gallo que el rey tenía sobre la mesa para comer se levantó en el plato y cantó tres veces para convercerle.
- Según un villancico inglés - El cuervo y la grulla - no fueron los reyes Magos quienes provocaron la matanza de los Santos Inocentes sino un gallo. Cuando anunció a Herodes que había nacido un príncipe a quien nadie podría destruir, dijo el rey:
«Si esto es verdad,
como tú me acabas de contar,
ese gallo que está asado,
en la fuente saltará y tres veces cantará».
Villancico inglés en el que San Esteban aparece como un escriba del palacio del rey Herodes. Al ver la Estrella de Oriente reconoció que había un rey más poderoso que Herodes y decidió abandonarlo. Enterado el rey de esta postura de Esteban, le desafió diciendo:
«Tan verdad es eso, Esteban,
que me acabas de decir,
tan verdad,
como que ha de cantar el gallo
que asado está en mi plato».

Parece indudable que la temática del milagro puede encontrarse en unas concepciones y pensamientos de época que en la actualidad resultan de difícil comprensión. Su mentalidad, mitología y ambiente socio-cultural eran diferentes. Es difícil de explicar los vínculos mitológico-religiosos del hombre con la naturaleza, las plantas y los animales. El pueblo vivía siempre con la mente «en el más allá» , en el contínuo temor a una muerte que constantemente le acechaba y por ello imploraba ese «camino de salvación» en el Dios «desconocido». El hombre es funerario - en su temor a la muerte - y religioso - buscando la continuidad de su vida -. Mira lo que le rodea y pretende encontrar nuevos significados. La magia estaba supeditada al culto de los muertos. ¿Motivos? Ellos estaban en otra vida. y no se podía hablar de inverosimilitud porque todo era posible y explicable. Ríos, montes y animales de cualquier clase eran motivo de culto y adoración...

No queremos hacer más que someros análisis de ese «clima» existente a la llegada del cristianismo. ¿Es que éste podía radicalmente cambiar unos cultos, hábitos y costumbres arraigados por el paso de los siglos? Rotundamente tendríamos que pronunciarnos por la negativa. Anacoretas, ermitaños, peregrinos invocan la protección de Dios. Siguen manteniéndose sueños y visiones en un marco de paganismo con el lema del hombre primitivo «lo que se ve en sueños es una realidad». Resulta, pues, evidente que el hombre medieval estaba mentalizado con la idea generalizada de que «todas las cosas eran producto de Dios». Es el singular mundo de la brujería, con sus magos, brujos y hechiceros; los animales siguen conservando antiguos significados y las plantas y piedras contienen misteriosas propiedades.

Los reyes solamente tienen trazada una misión: la guerra. La cultura se centra en los viejos monasterios, y los juglares en suntuosos salones de los castillos, como en viejas plazas o aisladas aldeas, contarán gestas yhazañas de sus señores o curas increíbles que dicen haber presenciado...

Es evidente que la temática de la leyenda del ahorcado fue una narración religiosa muy difundida en Europa en representaciones para-litúrgicas y manifestaciones orales y escritas; pero también debe admitirse que el «hecho» motivador del milagro se produjo en Santo Domingo de la Calzada, como se evidencia no solamente por una tradición oral sino por otros testimonios, como ese trozo de madera de la horca del peregrino que se encuentra en el templo con una inscripción que reza así: «Esta madera es la de horca del peregrino»; la fabulosa y rudimentaria hoz del Santo guardada cerca de su tumba. Y en la ciudad contemplamos una sencilla lápida en una tapia: es la casa del corregidor y allí vemos en su centro una imagen borrada de la Virgen con el gallo y la gallina.

El milagro del gallo y la gallina se propagó por todos los caminos hasta el punto que dió origen a la que pudiéramos tipificar de «moda Jacobea», probablemente iniciada por el escrito Marineo Sículo:

«Yo certifico esto, porque lo ví y fuí testigo y conmigo llevo una de estas plumas».

El inconfundible hábito del peregrino ostentando «la concha de Vieira» como emblema original, se vió enriquecido con unas «plumas de las aves del milagro»...

Las versiones de antiguos y modernos escritores sobre el milagro del «Gallo y la Gallina», también conocido con la «Leyenda del ahorcado», tiene escasas variaciones. Considero que más bien quedan reducidas a una mayor o menor riqueza narrativa. Un estudio comparativo, podrá mostrarnos que la inicial descripción del hecho se va modificando en su final, buscando una mayor dramatización con el castigo de los culpables. En los primitivos relatos al final es coincidente con el milagro. Barret/ Gurgand (Priez pour nous à Campostelle) resaltan que entre Nompart de Caumont (1417), Laffi (1670) y Manier (1726) la leyenda se enriquece con el castigo del juez la costumbre de alimentar el gallo y la gallina en la iglesia y llevar como recuerdo de la leyenda una pluma en el sombrero. Su visita a la catedral de Santo de la Calzada la expresaba con estas palabras:

«En mai 1977, un coq et une poule blancs tous deux et bien vivants, étaient toujours visibles, dans une niche de la cathédrale de Santo Domingo de la Calzada, en regard du tombeau du saint».

Las alusiones al milagro fueron motivo de canciones y relatos que tuvieron gran difusión a lo largo de la ruta compostelana.
« ¡Oh que nous fûmes joyeaux
quand nous fûmes a Saint-Dominique,
en entendent le cop chanter
et ausada blanche galina».

En el Criticón, con espíritu de sátira al soldado hipócrita, dice que las plumas de las aves protagonistas de la leyenda de Santo Domingo son expresión de «soldado cobarde» con ese dicho popular «eres un gallina».

Robert Southey (1774-1843) en su obra The Pilgrim of Campostella ciñó su trabajo del milagro como fondo irónico contra la religiosidad del pueblo español.

En 1743 aparece publicada una obra Peregrinus Campostellanus que inicialmente sigue la temática de la leyenda pero posteriormente la desvirtúa hacia una serie de disquisiciones para exaltar la castidad.

Considero que el milagro en sí tiene escasas variantes. Yo diría que exclusivamente de una mayor o menor riqueza narrativa. Su relato reviste las características propias de las narraciones alegóricas, con los matices propios de la mística cristiana de la época medieval. En su esquema se pueden precisar dos partes: la primera es expresión de la espiritualidad monástica. La fe salvará al inocente peregrino. Su castigo fue impuesto por los hombres. El robo y el hurto estaban severamente castigados como protección a los peregrinos que sufrían contínuos despojos. Lo único que le dejaron de valor a Geofroi de Buletot fue el caballo al ser sorprendido, antes de llegar a San Juan Ortega, por profesionales del hurto y se pregunta «si sería Thomas de Londres el que le desvalijó, viniendo al magín historias sucedidas al inglés Odín de Merry, que se hacía amigo de los romeros y acudía con ellos a las posadas para salir de tapadillo a medianoche con el victorioso producto del robo. Lo mismo que a Londres, le tocará ser llevado a la horca este otro inglés que de noche que dormía en su lecho, seis florines de oro que le descosió de la manga de la saya e assi lo manifestó. Y eso se lo hizo a un romero jacobita. En la Baja Navarra fue hecha justicia «de dos ladrones que robaron dos rumeos alemanes en el hospital de Izuat, de los quales, el uno fue enforzado, el otro azotado y desorellado» .Tuvimos suerte porque no nos dieron brevajes, como a otros, para dormirnos y reducimos a inactividad. Eso lo suelen hacer después de sacarte la conversación de la sed. Te ofrecen un potingue y caes sin sentido.

Era también inglés, y por estas tierras fue ahorcado, aquél que «daba yerbas a los romeros a beber en los caminos que se adormecían y así los robaba».

Y menciona un milagro que centró mi interés por tener cierta coincidencia con la temática de la leyenda del ahorcado:

«Subiendo por estos montes de Oca feneció el hijo pequeño de un matrimonio peregrino. Las lágrimas de su madre se derramaron en tal medida que provocaron la resurrección del muchacho, según cuentan las leyendas áureas de Santiago, que son como "guías" de turismo de este viaje colosal. En San Félix de Oca se me ha atravesado un arco de herradura mozárabe. Entre robledales nos acercamos a Urtica, lugar muy frecuentado por los maleantes. Justamente, San Juan de Ortega funda un monasterio y una alberguería para defender a los romeros contra los ladrones que, por día y noche, robaban y mataban a cientos de peregrinos».

También Geofroi de Buletot (año 1381) refería en su cuaderno anotaciones de los peregrinos a su regreso de Compostela:

«Transitan con las plumas de gallo y de gallina que han comprado a los buhoneros de Santo Domingo de la Calzada y que en dicha localidad le hablaron del caballero francés, poseso del "diablo", que camino de Compostela se libera de él en un rincón de la Calzada; además llegaron a mis oídos los dichos sobre Bernardo, el infeccioso purulento que se cura de la lepra, o peregrino normando que queda bien del ojo doliente. Nadie que pase por aquí dejará de visitar en la catedral el gallo y la gallina blancos, descendientes de aquellos otros que estaba comiendo el juez de Santo Domingo, en el momento en que el padre del muchacho normando - ajusticiado por la acusación de robar una copa de plata en el hostal de este pueblo - fue mantenido con vida por Santiago, no obstante hallarse en la horca, encaramado en la picota del pueblo. A la vuelta del viaje de Compostela, sus padres lo encuentran con vida; entran impetuosos en casa del juez, cuando engullía un buen plato combinado de gallo y gallina - ¡Qué vivan y cacareen y kikiriqueen estas aves del corral, si lo que me decís es cierto! - y, zas, se emplumaron de nuevo el pollo y la gallina asados. En recuerdo de tal milagro jacobeo, se conserva un par de gallináceas dentro de la catedral. Yo también, como otros, tomé varias plumas para colocármelas en mi sombrero de fieltro de ala ancha, que me protege contra el sol y la lluvia. Cada siete años - si no se mueren antes - cambian los animalitos por otros. A los que ya no me presté fue a alargarles, por ver si picaban, unas migas de pan, colocadas en la punta del bordón, como es usual entre los más supersticiosos. Dicen los crédulos que eso da suerte para llegar a Compostela».

Küning de Vach se siente impresionado de la contemplación «de la gallina junto al altar». En silencio observará los vestigios del milagro, entre ellos la cocina donde fueron asados el gallo y la gallina. En su mística cristiana unas frases sellaron su visita a la ciudad de Santo Domingo de la Calzada:

« yo sé bien que no es mentira; piensa que Dios lo puede hacer prodigiosamente todo».

En versión del alemán Künin, el milagro tuvo lugar en el año 1400; los peregrinos eran franceses, procedentes de Santis. La narrativa tiene pocas variantes de la más generalizada. El joven llamado «Hugonell» tiene 18 años y se resistirá a «los torpes deseos» de la moza del mesón. En venganza le esconderá en su bolsa «una taza de oro» y seguidamente le denunciará por robo.

Como se deduce de los hechos, los motivos son similares, por no decir idénticos, a las versiones que tradicionalmente se escucharon en la ruta en unos momentos que habían dictado severas medidas para protección de los peregrinos. No debe olvidarse que el Fuero Real de Alfonso el Sabio castigaba con la pena de muerte el delito de hurto.

  

En Portugal, se conserva una leyenda popular denominada «El Gallo de Barcelos». En la localidad de este nombre existe un monumento de piedra rematado con una cruz, que se dice que fue levantado por el padre de un gallego, que injustamente por robo se le condenó a la horca. Un gallo que estaba sobre la mesa de los jueces se levantó para dar fe de su inocencia. Y aquella cruz sigue evocando en sus grabados el joven ajusticiado sostenido en los pies por el Santo con hábitos de peregrino y Cristo crucificado teniendo a sus pies a un gallo en actitud de canto.

El diamante denominado Regalía de Francia, donado por el rey Luis VII, motivó la leyenda de Santo Tomás portando una piedra colocada en el anillo que llevaba en uno de sus dedos. El arzobispo, que había presenciado la escena, se sintió sorprendido por el extraño brillar de la joya, como mensaje divino. Le rogó al monarca que la ofreciera al Santo, a lo que no accedió porque le daba la suerte en sus expediciones guerreras. Al pronunciar sus palabras de negativa se produjo un hecho insólito: la piedra saltó del anillo y se incrustó en el sepulcro.

El tudesco-alemán Herman Küning de Vach (año 1496), vivió la Ruta Jacobea, él nos dejó interesantes relatos. La leyenda del gallo y la gallina la dejó en sus recuerdos escritos, evidenciando no solamente un «pensamiento de época», sino también su propio sentir, que le impulsa a una afirmación.

«Te aconsejo andes cuatro millas a Santo Domingo; en el hospital encuentras de comer y beber. No olvides de la gallina de junto al altar y la considerarás bien; piensa que Dios lo puede hacer prodigiosamente todo, que se escaparon del asador. Yo sé bien que no es mentira, que yo he visto el cuarto donde echaron a andar y el hogar donde fueron asados.»

Louis Charpentier, quizá en un enjuiciamiento riguroso para la mentalidad de una época, significa que a los narradores se les permitía entretenerse relatando los milagros que el Santo hace en favor de los peregrinos a lo largo de la ruta de Compostela, y calificándoles, en cierto modo, como «la publicidad comercial» de los lugares preparados.» Y Charpentier cita «el malvado mesonero castigado, ahorcado que continúa vivo, el pollo asado que recobra la vida en Santo Domingo de la Calzada» y considera que son relatos tardíos cuando el verdadero objetivo de la peregrinación había sido alcanzado.»

A. Apat-Echebame, al tratar de este atrayente tema en su obra Noticias y viejo texto de /a «Lingua Navarrorun» sobre e/ País Vasco-Navarro, señala que esta piadosa leyenda es muy conocida y se encuentra, entre otros autores en la Legende Doréede Voragine, y que ya en el siglo XV aparece en una obra provenzal, Ludus Sancti Jacobi, y que una de sus más antiguas variantes se encuentra al final de la Pastoral suletina Jundane Jacobe (Saint Jacques) y que es digna de mencionarse por ser las pastorales la representación popular de la Vasconia medieval.

Angel Irigaray, con el pseudónimo de A.Apat-Echebame, cita en su obra una conocida estrofa en vasco:

«Sent-Domingora ninzanian,
helàs Jinco Jauna
Elizan barna sartu ninzan
otoice eguitera,
han ikusi nin miracuillu
pelegrier heltia,
oillarra enzun cantatzen
hareki oillo churia.»

«Cuando llegué a Santo Domingo de la Calzada ¡Ay Dios mío! Entré en la iglesia a rezar y ví el milagro que le aconteció al peregrino, oyó cantar el gallo junto a la gallina blanca»

El mismo investigador menciona que en otra versión (Candillac: Propos garsons) se explica que si el ahorcado pudo permanecer vivo, solo fue porque el apóstol Santiago sostenía con sus manos los pies del joven peregrino, y que en la pieza teatral suletina, se cuenta que cierto muchaco llamado Domingo, yendo a Compostela, con su padre, y con su madre en peregrinación, se aloja en una hostelería, cuya sirviente, llamada Pascaline, le hace proposiciones deshonestas.

Domingo resiste a las demandas; y Pascaline, para vengarse, esconde una bolsa de dinero enla ropa de Domingo, cautelosamente:

«Cilhar gandola behar derot
sacolan ixillic exarri
bai eta uhuiñetaco
gero ats¡zeman erazi.»

Voy a ponerle en la faltriquera, una bolsa de monedas de plata secretamente, y así hacerle preder como ladrón.

Una vez que los peregrinos han partido, Pascaline se apresura a denunciar el robo a sus amos y hace prendera Domingo diciendo:

«Ay, ey! pàpa zilar gandola
eztuzu, heben agueri
pelegri fripu haiec
ahal dukezie ebatsi»

Ay ey! Aquí no aprece la bolsa de dinero; seguramente aquellos taimados peregrinoscla habrán robado.

Domingo es atrapado, y ahorcado; sus padres prosiguen su triste peregrinación a la tumba del Apóstol. Pero tanta virtud y piedad son al fin recompensados como se ha relatado.Por orden del preboste se descuelga el buen Domingo, y se ahorca en su lugara la pérfida Pascaline. Resaltando la similitud de la leyenda con un cuento vasco que narra que en la casa A. de Vera, había un hombre muy instruido con aficiones a los libros de brujería. Una noche de invierno cuando permanecía sentado junto a la lumbre, señaló que estaba nevando en los montes de Jaca. Una persona que le acompañaba dudó de su palabra. El contestó:

- Tan seguro es que en los montes de Jaca está nevando como que este capón que está en el asador va a cantar ahora mismo kikiriki. No había terminado de decir estas palabras cuando el capón empezó a cantar fuertemente ante el espanto de los que se hallaban en la cocina.

El francés Camount hacía referencias del milagro en el año 1417 sin diferencias acusadas de la conocida narrativa. Otro investigador como L. Petit de Juleville llega a la conclusión que pueden sacarse tres misterios del siglo XIV escritos en lengua provenzal con la misma temática.

Louis Reau en la «Histoire Literaire France» (siglo XIV) resalta que entre las notas de un notario (M. Mille) de Manosque, se encontró con el título «Ludus Sacti Icobi», algunas notas de un misterio provenzal medieval que tiene como temática el milagro del ahorcado.

Otros investigadores buscando similitud de motivos han pretendido la paternidad de la leyenda en Toulouse y Aix-la-Chapelle: ciertamente la primera nos ofrece una versión en la que en su temática se ven mezclados hospederos, peregrinos alemanes, riquezas, ajusticiamientos etc. cuyos datos encajan perfectamente con la de Santo Domingo de la Calzada, con excepción de la presencia del gallo que aparece ausente en la narración francesa.

Como hemos podido analizar en las distintas versiones expuestas, existe una identidad narrativa, por lo que un punto permanece apasionante: el origen y realidad de la leyenda. Quizás ello, me lo haya podido resolver en parte, Jeannine Warcollier al facilitarme el trabajo «Les chemins de Saint-Jacques dans le Nord de la France» editado con motivo de la exposición organizada en 1988 por el Musée de la Chartreuse et l'Association Régionaledes Amis de Saint Jacques en colaboración con el Centre Européen d'Etudes Compostellanes que en su página 36 textualmente hace la siguiente reseña:

SCENE DU MIRACLE DU PENDU-DEPENDU.
XI
º siecle.
Manuscrit. Reliure parchemin a rabats et titre sous plaque de come. H. 0,242; L. 0,173.
Prov.: Abbaye de Saint-Amand.
Valenciennes, Bibliotheque municipale, Ms. 502, f. 17 r
º.

Este manuscrito es una evocación de la vida de Saint-Amand. En el Fº 17 rº en su parte superior aparece una escena del proceso, donde se reconoce al conde de Tournai condenando a un hompre, no obstante las súplicas de Saint-Amand. En el registro inferior aparece el condenado ahorcado y Saint-Amand se lleva el cadáver. Al fol. 17 vº Saint-Amand resucita el muerto. En dicho trabajo se hacen las observaciones de que ninguna relación debe existir entre la leyenda de Saint Amand y la peregrinación a Compostela, ya realmente el manuscrito constituye uno de los fundamentos de la tradición literaria Jacobita. La narrativa de la leyenda de Saint Amand se propagó primeramente a Toulouse y posteriormente a Santo Domingo de la Calzada donde se añadieron nuevos motivos.

En el mismo trabajo de la mencionada exposición aparece en su página 37 la referencia siguiente:

LE MIRACLE DES TROIS PELERINS ALLANT A SAINT -JACQUES: LE PENDU DEPENDU.
XVII
º siècle. Ecole flamande.
Bois. H. 1;L. 1,20.
Etaples, Eglise Saint Michel.

Con el cementerio de que el milagro fue primeramente atribuido a Saint Amand, situando los holandeses la familia en Nimègue, los Alemanes en su casa, los Etaplois en Etaples, otros en Toulouse ¡... haciéndose una narrativa! - similar a la versión de Santo Domingo de la Calzada - de esa familia de pescadores de Etaples que buscarán albergue en una posada con las variantes de que la criada será condenada a ser quemada: los peregrinos al regresar a su pequeña ciudad del Nord, en reconocimiento a Saint-Jacques regalarán a la iglesia un cuadro relatando el milagro.

En cualquier supuesto por la tradición popular más generalizada debemos admitir por nuestra parte que el suceso se desarrolló en Santo Domingo de la Calzada con la paternidad que le concede el haber sido sede de la leyenda más popular del Camino Francés a Compostela. Difusión que llegó a límites increibles que como acertadamente dice Agustín Prior Untoria refiriéndose a Santo Domingo de la Calzada, «todas las imágenes del santo llevan al pie un gallo y una gallina, que se añdieron también al escudo del Ayuntamiento».

Al archivero y Sacerdote Padre Ciriaco López de Silanes se le debe el hallazgo entre antiguos documentos y legajos del archivo Calceatense de una bula concedida el 6 de octubre de 1350 a todos los obispos europeos por la que se conceden indulgencias a todos los fieles que dando una vuelta al sepulcro-tumba del Santo y «recen la oración dominical (padrenuestro) y la salutación angelical (Avemaría), así como a los que miren y vean el gallo y la gallina que allí están y veneren otras reliquias»

Es evidente que la mencionada bula es una prueba más de la difusión que la conocida leyenda tuvo en la Ruta Jacobea y que en la fecha de su expedición ya se conocía en toda Europa el célebre milagro, que calificó a una ciudad con las célebres frases: «Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada». En la catedral de dicha ciudad son tradicionales las Vueltas del Santo, cuyo sentido religioso y origen quizá se puede buscar en esa vuelta al sepulcro del Santo que hacían los antiguos peregrinos. Al dejar la ciudad de Santo Domingo de la Calzada seguiremos evocando su antigua catedral con los motivos de nuestra narrativa, y quizás nuestro último recuerdo fue el contemplar en lo alto de uno de sus muros un trozo de madera que sirvió al inocente peregrino que protagonizó la leyenda más difundida por los distintos caminos hacia Compostela.

La localización de algunas obras de arte que tienen como temática el milagro o están inspiradas en él nos dan una idea de la difusión de la narración:

- En la sacristíade Murat (Auvemia, Francia) existe un cuadro de grandes dimensiones en el que se desarrollan motivos del milagro, que se repiten en ocho pinturas de un muro de la ermita de Tafers (Suiza), edificada en 1974.

- Vidriera en la Iglesia de Triel (Seine et Mame, Francia).

- Fresco obrante en el Hospital de Santiago de Asís (Italia), obra de Antonio Mezzastris (s. XIV), en la que aparecen los peregrinos ante el corregidor.

- Iglesia de Villareal (Castellón), con bella versión de la leyenda, figurando en su fondo el joven ahorcado cuyo cuerpo aparece sostenido por el Santo.

- Xilografía iluminada a mano del siglo XVIII, con motivos de la leyenda, obrante en el Instituto Municipal de Historia de la Ciudad de Barcelona.

- Fresco con relatos jacobeos, en los que aparece el milagro del gallo y la gallina en la ermita de Uberlingen (Alemania).

- Miniaturas del manuscrito de las Cántigas en la Biblioteca del Monasterio del Escorial.

- Madera grabada sobre la temática «Saint Jacques et ses pelegrins» obrante en la Biblioteca Municipal de Troyes, en la que en su parte superior izquierda aparece la simbología de la leyenda del ahorcado.

- Retablo de Solsona (s. XII).

- Vidriera de Saint Quen (s. XIV).

- Fresco de la Capilla de los Peregrinos. Asís. Su autor es P. Mezzastris (s. XV).

- Miniatura del Libro de las Horas de Etienne Chevalier. Chantilly. El autor es Jean Fouquet (s. XV).

- Ocho tablas del pintor Friedrich Herlin (año 1466) en Rothenburg ob der tauber. Alemania.

- Escuela Renana. Dos paneles de la antigua colección de Alphonse Allard de Bruselas (s. XVI).

- Escuela de Nuremberg (año 1530). Museo Nacional Bávaro. Munich.

- Vidriera de la iglesia de Santiago. Lisieux (año 1527).

En los siglos XVII y XVIII la iconografía del tema se hace genuinamente popular: medallas que llevaban los peregrinos, estampas, etc. Surgen también canciones de peregrinación sobre el mismo tema (Oh!, que nous fûmes joyeux...) y en el sur de Italia un «poemetto» que versa sobre lo mismo. En la catedral de Santiago aparecen los cincelados con esta misma temática:

- En la Custodia de los «Aries».
- En uno de los dos púlpitos de bronce del siglo XVI, obra de Juan Bautista Celma.

www.vallenajerilla.com/berceo/santiago/gallo.htm